sábado, 5 de diciembre de 2009

Ya es navidad. Menú de Navidad.

Para mi familia oficialmente ya ha empezado la Navidad. Por mucho que El Corte Inglés se empeñe en preparar la campaña de Navidad en Octubre, para nosotros sólo empieza cuando subimos del trastero las cajas con los adornos de navidad. Ojo que estoy diciendo subir las cajas, nada asociado con decorar la casa. Eso suele llevarnos varios fines de semana.

Normalmente empezamos sacando el árbol de la caja (nuestra conciencia ecológica, alimentada por la comodidad y por el bolsillo, nos hizo hace unos años inclinarnos por uno artificial de media altura que, aunque al igual que los naturales, va perdiendo hojas año tras año, nunca dará la presencia y magnificencia al salón de estos ), y su decoración se lleva a cabo durante toda una jornada. Esto se ha convertido en un proceso perfectamente definido y ejecutado hasta el mas mínimo detalle por mi mujer.

Hace ya años que he abandonado la intención de poder opinar de alguna manera en esto. Los pasos están claramente establecidos en la cabeza de mi mujer y cualquier intención por mi parte de salirme del guión será corregida convenientemente.


Lo primero es colocar las luces. Aristóteles decía que la virtud está en el punto medio y mi mujer lleva dicha regla a su máxima expresión aplicándola a la posición que han de tener las luces: ni demasiado dentro del árbol que si no no se ven, ni muy fuera que entonces además de la luz se ve el cable. Para ella esto es una ciencia y se encarga de ella como quien hace encaje de bolillos con las ramas del árbol.


Posteriormente han de colocarse las bolas grandes, siempre en la parte baja, rodeando todo el árbol en perfecta sincronía. Luego las medianas a media altura, y, por supuesto, las pequeñas en lo alto. Esto es lógico y supongo que en todas las casas se lleva a cabo este método, pero, teniendo en cuenta que sólo tenemos bolas de dos colores (no de todos ya que el requisito que había a la hora de elegir las bolas del árbol era que tenían que hacer juego no sólo unas con otras sino con el resto de adornos del árbol y, por supuesto, con el conjunto de decoración del salón) la colocación por colores también tiene que ser bajo ciertas normas: no muy juntas unas de otras, por supuesto no en la misma línea horizontal y nunca, repito, nunca, tienen que estar juntos adornos del mismo color. Así que la colocación de las bolas y del resto de adornos se parece mas a hacer un sudoku que a otra cosa.



Pues, aunque oficialmente ya he empezado la navidad, las negociaciones preliminares sobre con qué familia hemos de pasar las fechas importantes ya se habían iniciado hace unas semanas. Afortunadamente las reglas ya están claramente definidas así que en estas conversaciones no hay vencedores ni vencidos, y yo me llevo cada año el día que queda “huerfano”. Este año me toca la perita en dulce de las navidades, la noche del 31 de Diciembre. Así que ya es hora de ir pensando en el menú que voy a preparar.


El diseño del menú de dicha fiesta pasa por varios pasos. El primero de ellos es la elección de cual será el ingrediente del plato principal del menú. Y para ello he de saber qué invitados tendré en esa noche y en qué ocasiones han estado en casa. Eso me ayuda a eliminar determinados platos, preparaciones e ingredientes con el fin de evitar repetirme (hay ciertos platos que tienen éxito entre mi familia y siempre intento que todos los prueben en una ocasión u en otra pero no puedo permitir volver a hacerlos en estas fechas). Además para estas ocasiones especiales de Navidad tengo que introducir otro elemento en la ecuación de la selección y es que no sólo vale con buscar una materia prima que no haya ya utilizado sino que la selección ha de estar acorde con lo importante de la fiesta. Es así como siempre descarto ciertos ingrediente por no superar el corte: el pollo, la ternera, el cerdo, la merluza, el besugo, etc. Si, ya sé, esto es discriminación culinaria, y soy muy mala persona por hacerlo pero así funciono y tengo que vivir con ello.


El segundo paso es la creación del menú. Una vez seleccionado el ingrediente del planto principal he de desarrollar tanto la receta que dará lugar al plato principal como las del resto del menú. Eso está unido a una labor de investigación en mi biblioteca gastronómica. Tengo unos cien libros de cocina (es cierto, no exagero) que me sirven de inspiración, aunque para estas ocasiones siempre echo mano de los grandes: Santamaría, Adriá, Girardet, Arzak, Berasategui, Balaguer. De uno extraigo una técnica, de otro un material, de un tercero una presentación y así voy creando varios bocetos y opciones de cómo puede ser el resultado final.


Ahora llegamos al tercer paso. El refinamiento. Una vez que tengo una lista de posibilidades la dejo macerar varios días en mi cabeza. Imaginando su confección, los pasos que hay que llevar a cabo, así como el resultado final. Eso me ayuda a depurar ciertas terminaciones así como a descartar algunas de ellas. Con eso vuelvo a tener una nueva versión del boceto de menú que ha de pasar por el último paso.


El control de calidad, se basa en someter la propuesta de menú a mi mujer, con el fin de que sea revisado bajo otros criterios que no sólo los meramente gastronómicos. Esto puede suponer desde la vuelta al punto dos (del punto uno nunca paso si no a habido una aceptación previa por ambas partes) hasta un nuevo refinamiento.


Con esto ya llegamos a la ejecución del menú propiamente cuyo resultado, para ser honesto, muchas veces no se ajusta perfectamente a lo que se pretendía (siempre hay imprevistos e improvisaciones de última hora), pero que siempre me proporciona una gran satisfacción es si mismo.


Pues en eso andamos, ya sólo quedan 26 días para todo el proceso y creo que me va a pillar el toro.



Os mantendré puntualmente informados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo hecho de menos los SD & TGs del props-m (para Menus) ... aparte de los MSs, claro esta ... un saludo
Heiko

Rafa Montejo dijo...

Si te sirve de algo, y a pesar de que en mi casa haya un "artista", los adornos SIEMPRE los coloca la Señora de la casa. Ayer se me ocurrió opinar sobre las luces... la lié y no volví a abrir la boca. Parezco novato...
Mantennos informados de la evolución de los menús (para copiarte, básicamente)