sábado, 18 de diciembre de 2010

Bocetos Navidad 2010: Receta 2010_04

Ya hace tiempo que el mundo de la restauración ha asumido que los helados no son sólo elaboraciones para postres. He igualmente ya está mas que asentado el hecho de que han transcendido el mundo de lo salado.

Supongo que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a los helados dulces, pero una de las grandes sensaciones en el paladar es descubrir una esencia salada en la textura del helado además de la sorpresa que se experimenta cuando lo encontramos como acompañamiento fuera de los postres.

El principal problema para seleccionar un helado en el menú navideño es su elaboración. Para conseguir un helado cremoso hay que estar batiendo continuamente la mezcla para que se vaya enfriando homogéneamente. Si intentamos hacer un helado en casa únicamente introduciendo la mezcla en el congelador, conseguiremos que se formen cristales de hielo y que su aspecto no sea el deseado. Deberíamos estar continuamente batiendo para romper estos cristales conforme se enfría y esto, claro está, puede ser un poco engorroso.

Pero los retos están para enfrentarse a ellos así que este año estoy dispuesto a intentarlo y mi táctica en este caso va a ser, una vez seleccionada la mezcla, introducirla en el congelador y cada cierto tiempo, supongo que tendré que ir revisando cada 30-60 min., sacarla, introducirla en la Thermomix batirla bien. Así hasta obtener la textura buscada.

Bien, la elaboración está clara, pero ¿qué hay del sabor?, ¿qué ingrediente elegir?. Helado de curry, helado de besamel con nuez moscada, helado de …. Bien, aún tengo tiempo pero creo que por ahora está ganando posiciones el helado de azafrán, lo encuentro muy original además de lo interesante de conseguir tener el sabor limpio del azafrán que siempre se usa como especia pero nunca como sabor único en un plato.

Para acompañarlo y así darle mas entidad a la receta se me ha ocurrido añadir un crujiente de plátano: finas rodajas de plátano introducidas en el horno hasta que quedan crujientes.



La idea es presentar esta elaboración en cucharas de porcelana con la medida justa para que se puedan tomar de un solo bocado.

Bocetos Navidad 2010: Receta 2010_03

Si bien me encantaría que la cena de navidad fuese una sucesión de pequeñas creaciones cual menú degustación de ElBulli, desgraciadamente ni mi cocina me permite semejante despliegue, ni tengo un equipo humano tras de mi que me pueda ayudar, ni, lo que mas peso tiene a la hora de descartar semejante posibilidad, mi mujer me permitiría estar todo el tiempo en la cocina para poder sacar una imparable sucesión de platos a la meas. Así que cada navidad tengo que buscar un plato con cierta “presencia” que sea el que se pueda considerar como plato principal.

Siempre mi tendencia es elegir carne, o aves, como materia fundamental. Rara vez selecciono pescado y principalmente porque es mas fácil congregar gustos en torno a la carne que entorno a el pescado. Y en cuanto a qué carne elegir busco aquel tipo o corte, que se salga de lo normal y que no suela presentarse en las recetas que preparo el resto del año.

El problema principal con las recetas de carne es que es limitado el juego de su creatividad. Ya Ferran Adriá lo descubrió hace años y al carne ya no aparece en sus recetas: “Cuando hablamos de carne …., aparte de modificar los sistemas de cocción, pensamos que es muy difícil romper la estructura canónica de producto-guarnición-plato, lo cual significa que para nosotros, limitarse a modificaciones superficiales en alguno de estos elementos no representa una auténtica evolución.” (espero que esta cita no me traiga problemas de copyright…). Es decir, leyendo entre línas, que en este tipo de platos sólo hay tres elementos a considerar con los que se puede tener algo de originalidad: el tipo y corte de la carne, su acompañamiento y la presentación.

En esta receta he elegido un corte de solomillo de buey y con inspiración de otra receta de Adriá se presentará rebozado en una salsa melosa de pesto (cuando digo melosa quiero indicar que ha de tener una contundencia suficiente como para que parezca como un rebozado).

En el tema de guarnición, intentando obviar las tan manidas patatas fritas, me decanto por un acompañamiento de verduras pero dando el juego de elegir una verdura que no suela ser normal como acompañamiento de carnes y presentarla en una elaboración fuera de lo normal: Chips de Coliflor (con la cortafiambres intentaré hacer rodajas finas de coliflor que blanquearé en agua hirviendo y luego al fuego fuerte para freírlas).

En principio así iba a quedar el boceto, pero revisando mas recetas he vuelto a encontrarme con una elaboración que me gusta y que siempre se me resiste: patatas soufflé. Vamos a ver si este año me salen bien y con un poco de suerte las puedo añadir a este plato. Nota: Un poco de canela las daría un toque diferente.



Dudas a investigar: ¿Rebozar el solomillo en pesto una vez pasado por la sartén, o rebozarlo previamente y luego introducirlo en la sartén?

viernes, 17 de diciembre de 2010

Bocetos Navidad 2010: Receta 2010_02

Revisando uno de los libros de Adría aparece “canapé de salmonete sobre puré de trufa blanca y patata confitada”.


La verdad es que hace tiempo que quiero hacer alguna receta de salmonetes y la idea de usar un ingrediente tan común en un canapé de navidad me atrae. El truco como en toda buena relación, está en la compañía. Adriá busca la exquisitez y exclusividad de la trufa blanca. Yo podría acercarme a alguna tienda especializada y hacerme con algo de trufa blanca, pero teniendo en cuenta que seguramente para la cena de nochebuena seamos 12 comensales, se me antoja que la cantidad de puré que tengo que hacer puede ser prohibitiva para mi bolsillo. Así que dejo la receta en suspenso hasta la decisión final y en caso de ser elegida dedicaré un rato a buscar una opción adecuada para hacer un puré que acompañe a los salmonetes.

Bocetos Navidad 2010: Receta 2010_01

No puedo evitarlo, pero para las propuestas que se me van ocurriendo para el menú de Navidad estoy totalmente influenciado por nuestra visita a El Bulli (ver la crónica en LaGacetaDelComensal ) y se me van ocurriendo creaciones con claros detalles de alguna de las recetas que allí probamos.

Como el primer paso para cualquier cura de desintoxicación es reconocer que se tiene un problema, voy a aplicarme el primer paso: ¡ estoy enganchado a ElBulli !...pero lo peor de todo: ¡ no quiero curarme ! Así que asumiendo este problema me dedico plenamente a idear y buscar recetas de nochebuena como homenaje a Adriá. Y para ello voy a revisar sus libros y ver qué ideas se me van ocurriendo.

Este año, en lugar de incluir todas las recetas en un post y poner una breve descripción de cómo quedarían, voy a hacer caso a una persona muy querida, y voy a intentar explayarme un poco mas en cada una de ellas explicando lo que pueda de lo que me llevan a crearlas y cómo creo que podría ser su elaboración.

Tampoco quiero ponerlas nombre ya que no quedarían finalmente identificadas hasta que las elaborase, momento en el cual ellas mismas se darían el nombre apropiado, así que por ahora sólo tendrán un número. Sólo las finalmente elegidas tendrán un nombre.

Sin mas preámbulos procedo con la primera.

Mi intención con esta es ocultar a la vista el ingrediente principal del plato. Si bien en el Bulli añadían el juego de las formas en los platos, dando formas que sugerían un ingrediente pero que finalmente se revelaban totalmente diferente, mi limitación en cuanto a tiempo y materiales me hacen decantarme por una envoltura mas clásica.

Hay varias opciones para este fin: estaría el hojaldre, o la pasta brise, pero cuando uso algún ingrediente que tengo que comprar precocinado, como estas opciones, me parece que no estoy siendo honesto como cocinero y que debería elaborar yo mismo todo lo necesario. Así que, con esta idea punzándome mi parte ética de cocinero, me decanto por usar pasta para hacer un saquito a modo de ravioli y así desempolvar la máquina de hacer pasta que está guardada en el trastero.


Bien, ahora quedaría elegir el ingrediente principal que irá dentro del saquito de pasta. Quiero huir de los ingredientes comunes para que no parezca un ravioli de los que se pueden comprar en cualquier tienda: nada de carne, nada de salmón, ni de espinacas, ni de queso… ¿porqué no langostinos?. Si ya sé que no habría gran explosión de sabor ni sería una gran sorpresa para el comensal encontrárselo en su interior, pero el langostino es un ingrediente que no ha de faltar en las cenad de navidad y siempre puedo jugar con la salsa para darle rotundidad al plato. Además puedo acompañar el langostino en el interior del ravioli con alguna salsa fuerte de hierbas…

Hay que seguir dando vueltas a esta receta si es que al final es una de las elegidas.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Churros

Estamos ya en Diciembre y el tiempo, como no puede de ser de otra manera, está siendo lo suficiente desapetecible como para limitar las actividades que se pueden llevar a cabo con los crios.

Tras un día entero con ellos metidos en casa hay que ir buscando continuamente maneras de tenerlos entretenidos entre las cuatro paredes y ya a la hora de la merienda se nos acaban las ideas, así que llevarles a la cocina a que se enharinen conmigo es la última bala de la recámara que siempre me guardo. Además en esta ocasión los primos iban a venir a jugar con ellos y así preparábamos merienda para toda la familia.

La primera opción fue cocinar un bizcocho, pero uno de esos sutiles comentarios de mi mujer sobre sus preferencias, “a mi no me hace mucha gracia los bizcochos… para merendar prefiero los churros…”, hizo cambiar inmediatamente la receta.

Cerca de nuestra casa hay una de esas cafeterías, que también son churrerías, donde puedes encontrarlos recién hechos a cualquier hora del día, con lo que siempre que hemos tenido antojos de ellos hemos podido comprarlos en un periquete. Pero en este caso, con lo desagradable de la temperatura de la calle, reconozco que en ningún momento me plantee salir a la calle a comprarlos, así que me puse a buscar rápidamente una receta de churros en los libros de cocina.

Creía que su elaboración iba a conllevar más dificultad, o cuando menos una lista medianamente grande de ingredientes, pero tras consultar varios libros, y alguna receta en Internet, me di cuenta que con sólo dos ingredientes sería lo mas fácil del mundo.

Los ingredientes principales son la harina y el agua (o también leche según alguna receta). Con un poquito de sal y el aceite para freír completamos la lista.

En cuanto a las cantidades, varias recetas indican diferentes cantidades, pero yo me quedo con una que es fácil de recordar: misma cantidad de harina que de líquidos (agua mas leche o sólo agua). Así que en mi medidor he echado harina hasta la marca de ¼ de litro, he reservado, y luego he juntado agua y leche (dicen que hay que poner mas cantidad de agua que de leche) hasta la misma marca de ¼ de litro.

Para su elaboración vertimos los líquidos en un cazo y los llevamos a ebullición, momento en el cual se retira el cazo del fuego y se añade la harina. Se remueve bien hasta que no queden grumos y la masa resultante no se pegue a las pareces. Dejamos que pierda un poco el calor para que podamos manejar la masa.

Ahora llegaría el momento de introducir la masa en la manga pastelera, con la boquilla adecuada, para darle la forma adecuada a la masa.

Como no tenía planeado hacer churros, no había realizado la labor básica inicial de asegurar que tenía todas las herramientas adecuadas y además en perfecto estado.

Tengo tres herramientas susceptibles de ser usadas para esta acción: dos mangas pasteleras y una pistola decoradora de pasteles.
Una de las mangas pasteleras era demasiado pequeña para usarla (la suelo utilizar para hacer pequeñas decoraciones en los pasteles), pero la otra era de un tamaño adecuado y con una selección de boquillas que me permitiría darles varias formas a los churros. Así que todo estaba controlado: me he puesto a introducir la masa dentro de la manga pastelera, he seleccionado una de las boquillas adecuadas y he empezado a presionar para hacer que la masa saliese por la boquilla. Y justo en ese momento me de dado cuenta que la última vez que la usé la hice un pequeñito agujero que se me estaba agrandando conforme presionaba la masa y se iba saliendo por ahí en lugar de la boquilla. Nada, un ligero contratiempo que sólo implicaba sacar la masa introducida y meterla en la pistola decoradora. Pero ya su nombre me ha debido indicar que no era la herramienta mas adecuada para este tipo de tareas. La masa de churros en ningún momento es parecida a la textura de las que se usan para decoración, es mas compacta, y en cuanto me he puesto a presionar el émbolo para hacer los churros, la boquilla ha saltado de su sitio y ha creado un momento pánico que ha significado tener que agarrar la boquilla con una mano y el embolo con otra. Finalmente he conseguido ir haciendo los churros mientras tenía las dos manos evitando que la masa saliese por otro sitio que no fuese la boquilla.

Con el aceite bien caliente vamos echando la masa en pequeñas tiras de masa. Que conste que he intentado darle forma de los clásicos churros, pero teniendo las dos manos ocupadas, ha sido imposible así que los he dejado con la forma de tiras de churro.

Vamos haciendo en pocas tandas para que el aceite no se nos enfríe y cuando están bien dorados los retiramos y los ponemos en una bandeja con papel para que absorba el exceso de aceite.
Una vez que se enfríen podemos espolvorearlos con azúcar. Yo tenía a mano azúcar glass de una receta anterior y lo he aprovechado para esta ocasión.


La verdad es que han salido deliciosos y los críos se han abalanzado sobre ellos y apenas han dejado para que los adultos los probásemos.

Me parece que a partir de ahora vamos a visitar mucho menos la churrería.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Magdalenas

Hoy una receta de magdalenas que finalmente salió bien.
Hace unos días, junto a mis críos, nos pusimos manos a la masa para hacer nuestras primeras magdalenas. Puesto que era la primera vez elegí una receta de un libro y la seguimos al pie de la letra con la confianza de 
que saldrían igualitas a las de la foto que se incluía en el libro.

El olor que desprendían en el horno era delicioso y hacían creer que una vez frías estarían riquísimas. Nada mas lejos de la realidad: estaban duras como la piedra. Aún no sé dónde estaba el fallo, pero analizando la receta, lo único que hacía entrever algo extraño era la ausencia de levadura. Seguro que hay varias recetas de magdalenas sin levadura pero me propuse, para la siguiente intentona, añadir levadura para ir sobre seguro. Y así fué, esta es la receta de las magdalenas que nos estamos comiendo esta semana.
 
 
Ingredientes

200 gr. de Harina
200 gr. de Mantequilla
150 gr de azúcar glas
50 gr. de azúcar avainillado
4 huevos
1 sobre de levadura
Sal

 
 
 
Preparación:

Batimos los huevos junto al azúcar. Derretimos la mantequilla en el microondas y lo juntamos batiendo nuevamente. Tamizamos la harina junto a la levadura y lo juntamos todo. Mezclamos todo asegurándonos que no dejamos ningún grumo.
Vertimos la masa en moldes para magdalenas llenándolos sólo hasta la mitad, espolvoreamos un poco de azúcar normal y las metemos en el horno, previamente calentado, a 180º entre 15-20 minutos. 
Cuando las saquemos las dejaremos enfriar.

P.D.: Mis hijos están cortando por la mitad las magdalenas y rellenándolas de nocilla…


lunes, 1 de noviembre de 2010

Porrusalda con Bacalao


 
Ingredientes:

2 puerros
500gr de Bacalao desalado
2 zanahorias
4 patatas grandes
Pastilla de caldo de pescado
Agua
Aceite
Sal





Preparación:
Para esta receta fui a la pescadería con la intención de comprar Bacalao fresco y realizar el proceso de desalado en casa (metiéndolo en agua fría durante unos dos días y cambiando el agua tres veces), pero al llegar a la pescadería de mi supermercado sólo tenían bacalao embasado, ya cortado y desalado. Reconozco que no me suele gustar comprar el pescado fresco ya embasado y menos, como era en este caso, que no era un embasado de la propia tienda, sino que venía con etiqueta comercial. Como no me apetecía tener que pensar en una alternativa a la receta ya elegida opté por vencer mi reticencia me llevé para casa el bacalao ya desalado. Como no tenía que esperar un par de días para desalarlo pude adelantar su preparación y la hice al día siguiente.

Para su realización se limpian los puerros y la zanahoria y se cortan en pequeños trozos. Las patatas las pelamos y las rompemos en trozos medianos (cuando digo romper las patatas me refiero a no cortarlas enteras con un cuchillo, sino rasgarlas para que suelten algo de almidón).
En una cazuela con un chorrito de aceite cocinamos ligeramente los puerros y la zanahoria sin que se tuesten. Añadimos las patatas y seguimos cocinando unos 15 minutos sin para de remover para que no que quemen. Incorporamos la pastilla de caldo y el agua hasta cubrir todo (si tenemos caldo de pescado mejor) y cocemos durante 25 minutos. Un par de minutos antes de que la patata esté en su punto, añadimos el bacalao y continuamos cocinado hasta que esté en su punto. Probamos y rectificamos de sal si es necesario (ojo que el bacalao ya aporta su nivel de sal y podríamos pasarnos si no tenemos cuidado). Servimos


Nota: En este caso acompañamos el plato con un BACH Extrisimo semi-dulce 2009.

sábado, 23 de octubre de 2010

Guiso de Ternera con panceta y guisantes


Ingredientes

Medio kilogramo de ternera de 1ª
Una lata de guisantes
Dos cebolletas
2 zanahorias
Un vaso de vino tinto
Dos tomates
Dos dientes de ajo
Dos pimientos chorizeros
Dos tiras de panceta


Preparacion

Cortamos las zanahorias y las cebollas y las dejamos hacer a fuego lento junto con el ajo. Salpimentamos la carne y la doramos en un cazo a parte. Reservamos la carne y en el mismo cazo freímos la panceta cortada en tiras. Cuando las verduras estén hechas les añadimos la carne de los pimientos chorizeros y el vaso de vino. Dejamos que reduzca y vertimos todo en el cazo junto a la carne y la panceta. Añadimos los tomates pelados y dejamos cocer durante unos 45 minutos. Si vemos que nos vamos quedando sin salsa vamos incorporando agua. Al final de la cocción rectificamos de sal, añadimos la lata de guisantes y servimos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Crepes

Esta es la primera receta que recuerdo haber aprendido ya desde niño. Debería yo tener unas pocas decenas de años y, tras verla hacer verano tras verano a mi tía en Suiza, llegué a aprendérmela y a “importarla” para hacerla en casa.

Mi tía nos las hacia a mi hermano, a mi primo y a mi para desayunar en los veranos y las navidades que pasábamos con ellos y al cabo de tantos años llegué a aprendérmela y a poder hacerlas por mí mismo en casa.

Es una receta sencilla, de ahí porqué me la aprendí cuando era un renacuajo, y da mucho juego pudiendo ser la base tanto para platos dulces como salados.


Ingredientes
3 huevos
100gr de harina
20gre de azúcar
Un vaso de leche
Aceite



Preparación

Batimos los huevos e incorporamos lentamente la harina sin parar de batir para que no haya ningún grumo. Añadimos la lehce y el azúcar, removiéndolo todo hasta que la mecla sea homogénea.

Ponemos una sartén mediana al fuego, con una cucharadita de aceite, y cuando el aceite humee vertimos un cazo de la mezcla y hacemos movimientos circulares en la sartén para que se reparta bien por la sartén. Al cabo de medio minuto damos la vuelta a la crepe y la hacemos por el otro lado.

Hasta aquí la preparación de la crepe, luego lo que pongamos dentro ya será a gusto de cada uno y la variedad que admite es enorme. En mi casa, como suelo hacerlas para el desayuno, las rellenamos con Nestquik como puede verse en la foto. 

Tambien suelo hacer una tarta de crepes con mousse de fresa, pero esa receta para otro día...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Pollo en pepitoria

Ingredientes
500gr de pollo troceado
6 Chalotas
4 dientes de ajo
3 huevos
1 vaso de vino blanco
Azafrán
1 cucharada de harina
Sal


Preparación

En una olla a fuego fuerte, con un chorrito de aceite, doramos los trozos de pollo. Vertemos el vino y dejamos que reduzca, incorporamos agua hasta cubrirlo todo. Sazonamos a gusto y dejamos cocer unos 45 minutos.

Cocemos los huevos y retiramos las yemas. Las desmenuzamos junto a un cazo de caldo de la cocción. Troceamos el resto del huevo y reservamos.

En una sartén con un poco de aceite cocinamos las chalotas y los ajos a fuego suave. Cuando estén hechas añadimos la harina y la tostamos un poco, incorporamos el azafrán y antes de quemarlo añadimos el tazón de caldo con las yemas. Una vez bien mezclado todo añadimos a la cazuela del pollo junto al resto del huevo. Dejamos cocinando todo un rato hasta que esté todo bien ligado.